Julio César Alcubilla B.-
Quienes lo hemos conocido por décadas,
compartimos su templanza, equilibrio y profundos valores. De
alguna manera nos sentirnos
motivados a compartir experiencias más allá de lo existencial, embriagándonos
con su carisma y cultivo de lo culto y trascedente, a través de su música y de una personalidad colmada de contrastes.
Eduardo Marturet es sin duda alguna un gigante de éstas tierras, que a través
de su entrega como hacedor de música, como director de orquestas a nivel
mundial, nos invita a reflexionar en el sentido de hacer patria y a dejar como legado una
Venezuela posible.
Diageo y su marca Johnnie Walker Black
Label, lanzarón una campaña hace poco más de un año, que hoy deseo recordar, para enaltecer a un Venezolano ejemplar...acunada la misma en los preceptos
del humilde espíritu luchador, mundialmente reconocido, cuya historia inspira por
su talento a la sociedad, en el camino
de ser cada vez mejores. El Maestro Eduardo Marturet, un
orador de compromiso, nunca ha dejado de prepararse, trascendiendo límites
geográficos en la constante búsqueda por
lograr sus metas profesionales y personales.
Esta campaña, fué parte de campaña global, con personalidades que han
inspirado el mundo entero a través de sus exitosas historias de vida. Como el
diseñador Ozwald Boateng; Ranulph Fiennes corredor que recorrió 182 millas en 7
días, al poco tiempo de haber sido intervenido en una doble operación de
bypass; Amyr Klink, quien remó solo desde África hasta Brasil en 100 días; John
Hegarty, la mente más creativa de la publicidad que ha logrado mantener marcas
en el mercado durante 40 años; y el ejecutivo que lleva a su cargo más de 300
empresas, Richard Branson. En la segunda etapa, o campaña local, se enfocará en
personajes nacionales seleccionados por un comité de consumidores quienes
tendrán la tarea de seleccionar a los venezolanos más cercanos. Eduardo
Marturet es el primer gigante en Venezuela, su campaña durará un poco más de
tres meses, dando cabida con el paso del tiempo, a que sean elegidos otros gigantes en Venezuela.
Eduardo...”yo sé
dónde voy pero nunca olvido de donde vengo”… me permitió un encuentro entre amigos, abriéndome las puertas de su casa, para ofrecerme una exclusiva, plena de emociones,
sabiduría y su recurrente y gestual cortesía…
¿Qué caracteriza como
modelo a seguir, bajo tu punto de vista a un Gigante?
“En el mundo en el que vivimos, un mundo
donde la globalidad nos tiene embargados, un gigante es una persona capaz de
crear su propia realidad, exitosa dentro del mundo cotidiano. Amén de esa frase
famosa que decía Albert Einstein, “la realidad es una
muy persistente ilusión”. En éste mundo globalizado en el que estamos inmersos,
somos susceptibles a ser reconocidos en gran parte por una realidad dictada por
los medios de comunicación. Los cuáles nos informan como es y cómo debe ser nuestro mundo, un gigante lo
defino como una persona que sigue su propio credo, sus convicciones y que a
pesar de todo, de esa influencia global, sigue siendo una persona auténtica”.
Esta marca de Johnnie Walker Black Label, ofrece sensaciones olfativas, gustativas e
incluso propicia sensaciones táctiles, ¿hasta qué punto la música, tu condición
de creador, se une a la marca en éste diálogo perfecto o imperfecto, del querer
dar y el esperar recibir?
“Creo que el valor de la marca, más allá
de sus propiedades intrínsecas, que son indiscutibles y creo que sería muy
pretencioso de mi parte, describirlas. La
virtud más grande que tiene ésta campaña, es el haber encontrado un nicho en el
cual acentuar o promover el talento, de personalidades que pueden asociarse a
la marca. Y con ello están cumpliendo una doble labor, primero uniéndose a
seres que tienen valor y por otro lado, están destacando algo que tiene valor,
que el público puede absorver más allá de la marca misma”.
La música desde los
nueves años de edad te inspiraba e incluso te motivaba a desarrollarla como
lenguaje. Mil conciertos hoy en día nos
hablan de tu gran trayectoria e infinitos logros, ¿cómo vez el desarrollo
musical en nuestro país?
“Venezuela, musicalmente hablando es un
país de primer mundo, si bien es catalogado como un país de tercer mundo, en la
música no es así. Antes de comenzar la entrevista, escuchaste una llamada que
me hiciese el Director de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, desde Moscú. Es
decir, tener a unos músicos tan jóvenes, dirigidos por Gustavo
Adolfo Dudamel y bajo el padrinazgo del maestro Abreu, en
Moscú y que siguen ahora a Atenas; definitivamente es una demostración de que
estamos al más alto nivel. Producimos músicos y directores que están en las
mejores orquestas del mundo y tenemos una infraestructura con una función
social muy precisa y duplicada en muchas partes del mundo”.
Se te considera un
renovador de la orquesta de Miami ¿a qué te enfrentaste al llegar y cual
consideras será tu principal legado?
“Me enfrenté a una
orquesta casi comunitaria que llevaba un nombre grande de la ciudad, durante
cuatro años, según la crítica ha concluido que la he llevado a una orquesta
realmente de la ciudad. Mi principal legado, ahora que firmé contrato por cinco
años más, hasta el 2017, sería tal vez convertirla en una de las mejores
orquestas de Estados Unidos, de esto estamos cerca; pienso que estamos en un
20% de lo que la orquesta será en el futuro”.
Desde Casa Bonita en
1.988, conocimos una ambiciosa investigación sobre los alcances de la música
contemporánea y la fusión. Hoy la
cultura urbana globalizada tiene Internet ¿Cómo le compone o se acerca Marturet al usuario de Internet?.
“El Internet funciona definitivamente para
informarnos, pero musicalmente a mi parecer no funciona bien. Entre otras cosas
por la calidad del sonido, Internet debe desarrollarse mucho todavía, para
alcanzar el nivel de sonido adecuado para una persona que quiere disfrutar de
un buen repertorio. Lamentablemente, nosotros nos hemos cerrado nuestro espacio
sónico, porque al igual que el Internet, el MP3 nos limita, en vez de la
tecnología abrirnos el espacio sónico, nos ha tratado el sonido dentro de lo
inmediato; algo así como el fast food. Para utilizar Internet como recurso de
promoción, la alternativa sería, dar productos por vía del archivo musical, que
después se puedan poner en equipos de mayor fidelidad”.
Deseo recibir tus
comentarios acerca del Trompet Glamour, entiendo que es un disco reciente, el
primero de una serie de edición limitada ¿me puedes dar detalles, quienes te
acompañaron en ésta producción?
“Esta es una producción hecha por la Miami
Symphoni Orchestra junto con un artista plástico de gran renombre en Miami, que
es Romero Brito. Este el efectivamente el primer CD, estamos produciendo uno
ahora con un coleccionista importante mexicano; la idea es producir disco
acompañados por una imagen pictórica muy fuerte, asociada al contenido musical.
Representa un recurso de financiamiento para la orquesta, ya que cada ejemplar
tiene mucho valor, son de edición limitada, y está firmado cada ejemplar por el
artista y por mí. Cada disco es numerado, es único e irrepetible y surge como
una especie de mecanismo financiero de mercadeo. Toco para Trompet Glamour,
nuestro gran trompetista Francisco Flores, el cual es la estrella del disco. El
segundo disco que vamos a producir, será basado en la música de Romeo y Julieta (op.
64), de Sergéi Prokófiev”.
Una declaración tuya me llamó la
atención, ¿se ha roto o acortado el grado de aislamiento, entre el público y su
identificación con la melodía?
“Pienso
que el compositor se ha regresado al giro melódico, un poco por conveniencia
más que todo, porque se habían ido tan lejos que tuvieron que regresar”.
¿Cuáles virtudes o diferencias
percibes en las orquestas latinoamericanas frente a las europeas?
“Cuando
nosotros tocamos repertorio germano, por ejemplo, es difícil pensar que ese
repertorio pueda ser tocado por una orquesta que no sea germana, porque el
sonido es mucho más fiel al original que pensó el compositor, obviamente esto
es una postura. Cuando tocamos Bethoven o Brans, en la Orquesta Simón Bolívar,
no puedo pretender que sea el mismo que gravé con Berlín”.
Haz dirigido por más de 30 veces variaciones
concertantes de Ginestera, las ha definido como austera, virtuosa e
impecablemente bien escrita, ¿dónde radica su dificultad y dónde su
virtuosismo?
“Sin
duda alguna, la dificultad de las variaciones de Ginestera, radica en la parte
solista, porque a cada instrumento comenzando por el Chelo y terminando con el
Contrabajo, le toca una parte de las variaciones. Todos los instrumentos tienen
una parte virtuosa, más que todo es una dificultad para los músicos, no tanto
para el Director”.
Si el trabajo del Director de
Orquesta es inspirar tanto al público como a los músicos, ¿cuál sería el rol de
los grandes críticos y en que deben constituir sus análisis?
“Los
críticos en cualquier caso se deberían de ocupar de guiar al público, para que
entiendan lo que escucharon o lo que van a escuchar. Estas referencias o
directrices, deben ser hechas más sobre la música y no tanto sobre la
interpretación. Considero que en afán de encontrar errores, se pierde una
compresión global de la obra. El público debe comprender lo que está sucediendo
allí”.
Una vez comentaste en Chile, que
la excelencia como estrategia artística surge como contexto, ¿podrías
explicarnos esto?
“La
excelencia en sí es una utopía, porque llegar a la excelencia es algo de
difícil comparación en la música. Podemos decir que un objeto material, es
perfecto, pero el concepto de excelencia, es un concepto que hemos usado para
denotar mejoramiento; llegar a ello lo considero una utopía”
“He llegado a un momento en mi carrera de que lo que más deseo es trabajar
por mi país, por comunidades, por grupos, estar al servicio de los demás, no
tanto en mí mismo. Esta misma campaña que estamos llevando a cabo, ésta
promoción de gigantes, es una oportunidad más para acentuar los valores de un
país, que más que nunca necesita un espaldarazo en su ego. Nuestro país,
necesita confianza, optimismo, necesita que entendamos, que el país lo somos
todos, todo el mundo debemos avocarnos a hacer el país. La calidad de vida es
algo que debemos conquistar todos los días”.
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