Lic. Julio C. Alcubilla B.
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Con un ameno y franco diálogo, Nuria Chinchilla, nos hizo comprender que la conciliación de la vida profesional, familiar y personal es un tema recurrente en los últimos tiempos. La misma hace confluir los conceptos que van desde la organización del trabajo, al desajuste entre horarios escolares, laborales y comerciales; pasando por el reparto de tareas en el hogar, las políticas públicas y de empresa, hasta el punto de no saber cómo administrar nuestro tiempo o sentirnos probablemente explotados, por la doble carga de trabajo.
El interés por la conciliación se está viendo como una estrategia para alcanzar el éxito, debido a que el estado del bienestar no se toma en cuenta en las organizaciones y esto conduce al fracaso, por ello hay que buscar soluciones. Las causas son múltiples y variadas, que han determinado el conflicto trabajo/familia y las mismas repercuten en el rendimiento laboral y el equilibrio global: desde la incursión en ámbito laboral de la mujer, la globalización, la conciliación del tiempo y los horarios laborales, hasta el stress y la explotación organizacional, el cómo se afronta la realidad dentro del clima organizacional y como se priorizan las decisiones, amén de saber si realmente delegamos y confiamos en delegar.
La cultura relativista, individualista en la que vivimos no ayuda, se valora el dinero y todo lo que brilla, pero las pequeñas cosas y las que están relacionadas con el entorno íntimo, son infravaloradas incluso despreciadas. En los países considerados del tercer mundo, esta situación se agrava aún más, pues en las PYMES y pequeñas empresas, se obvia lo trascendente por lo importante. ¿En consecuencia?, no basta asumir políticas de flexibilidad, es preciso que directivos y mandos intermedios, se den cuenta de los costos al no conciliar y apoyen a sus empleados.
Debemos pensar que no somos un grupo de personas fragmentadas, sino una sola con distintos rol: padre, abuelo, tío, amante, pareja, jefe, trabajador, socio, aliado, ciudadano, persona. Muchos de los problemas que impiden el desarrollo de éxito, en las organizaciones, suceden por la fragmentación. Por ello se impone descubrir nuestra misión personal en un entorno familia/trabajo, asumirla como única e irrepetible, dando con el hilo conductor estabilizador de nuestras vidas. Esto requiere tanto a nivel personal como empresarial, el autoconocimiento, descubrir nuestro potencial, detectar donde somos necesarios, y saber priorizar los distintos ámbitos Familia/Trabajo; construyendo un proyecto integrado, trazado diariamente.
Una persona integrada, es un activo para su familia y para cualquier empresa. Una persona integrada, aporta a una empresa además de conocimiento y competencias técnicas, valores que humanizan. Es capaz de liderar a otros con el ejemplo, comprometiéndose con el proyecto empresarial. Pero es fundamental por igual, que la empresa contribuya a la conciliación e integración. No creando un clima de tensiones, sino de armonía colaborativa. Siendo flexible, permitiendo que sus empleados ejecuten cada uno de sus roles, pasando de la cultura del preceptismo, de la obligación en el cumplimiento de horarios, a la dirección por objetivos y por misiones o metas a alcanzar. Pasar de la conciliación a la integración por objetivos.
"Para conciliar trabajo, negocios y vida personal, hace falta primero conciliar con nosotros mismos. Saber cuáles son nuestras necesidades y objetivos en la vida. Luego tener o desarrollar empresas familiarmente responsables, que sean capaces de ayudar a quienes allí trabajan, de conciliar otras posibilidades que tienen, porque la persona es mucho más amplia que sólo el trabajo. Estar pendientes de su evolución integral, supone: familias, entorno, sociedad, deportes, hobbies y placeres". Señaló Nuria Chinchilla.
"Hombres y mujeres somos diferentes y esto nos lleva a una óptica diferente de ver el mundo. Sin embargo una empresa exitosa hoy por hoy, es una empresa familiarmente responsable; porque se ha dado cuenta, que es absolutamente imprescindible trabajar con el talento, de manera diferente como se ha hecho hasta ahora. Hemos realizado varios estudios que nos indican, que el rendimiento crece, cuando las personas las tratas como personas completas y crean compromisos. Un personal no es eficiente, por largas horas de presión laboral, al contrario, al día siguiente se produce una merma considerable en su producción. Baja la creatividad, baja la innovación, y desde luego cuando pueden marcharse lo hacen, repercutiendo en una inversión fallida de la empresa que los sostuvo".
"No se trata de trabajar más, sino trabajar mejor, hay que distinguir entre el stress bueno y el stress malo. Todos necesitamos un cierto reto para sacar lo mejor de nosotros mismos; pero cuando llegamos a un plus que ya no se puede aguantar, porque acaba somatizando y enfermando a la gente, identificando que tenemos malos líderes o directivos. Hoy en día con el tipo de ciudadanos que tenemos, muchos más formados y aspirando un mayor equilibrio, que están conscientes que trabajan para vivir y que además no dan el máximo, si no tienen confianza en ti como empresario. Aspiran que tú estás luchando, por brindarles un trabajo sostenible en el tiempo y eres justo en tus procesos de evaluación".
"Debemos estar conscientes por igual, de trabajar con personas libres y responsables. A partir de aquí, sacaremos mucho más de procesos críticos. Crisis simplemente en éste sentido, se convierte en conciliación para el cambio, para el éxito".
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